Las fotos pueden llegar a parecer las de un manual de mantenimiento en 3D. O quizás las que captó un fotógrafo en el momento preciso de la explosión del auto. Ni una ni la otra. En realidad, se trata de una obra de arte.

El artista holandés Paul Varoude desarmó un Mercedes GP Petronas F1 2010 y colgó cada una de sus 3.200 piezas en el Mercedes Benz World de Surrey, en el Reino Unido.

Las cifras de este trabajo son impresionantes: realizar el montaje demandó más de 90.000 horas hombre sólo en el diseño y más de 200.000 horas hombre en la fabricación.

Las piezas son de fibra de carbono, de titanio, de aluminio y de magnesio. Un auto de Fórmula 1 pesa un poco más de 600 kilos y el 85% del volumen es de fibra de carbono (el chasis, el piso y casi todas las superficies aerodinámicas).

En definitiva, esta obra es la combinación perfecta entre el arte y la ingeniería de punta.